Integrantes del fútbol femenino en Estados Unidos, realizaron una profunda investigación sobre los abusos que sufren las jugadoras.
Por: Mariliana Yepez Guzmán
Futbolistas y exfutbolistas de Estados Unidos, revelaron un informe que explica detalladamente todo lo que han tenido que vivir a lo largo de los años: maltrato, abuso y discriminación. Las deportistas se han unido para exigir un verdadero cambio en el fútbol femenino estadunidense.
“La Liga Femenina de Fútbol Profesional estadounidense es escenario de un abuso sistemático a todos los niveles hacia sus jugadoras. Sus máximas instancias han ignorado, hasta ahora, de forma repetida las acusaciones al respecto” dice el informe encargado por la Federación de Fútbol Estadounidense (USSF).
“La investigación independiente del bufete de abogados King & Spalding plantea un panorama en el que el abuso verbal y emocional hacia las futbolistas y los comportamientos sexuales inapropiados exceden los límites de un entrenamiento “duro” y son habituales desde las categorías inferiores hasta las superiores”, añaden.
“En las cerca de 200 entrevistas a jugadoras retiradas y en activo, entrenadores, propietarios de clubes o personal del cuerpo técnico, se pusieron en evidencia tácticas manipuladoras que eran cuestión más de abuso de poder que de mejora del juego y un preocupante patrón de comentarios de contenido sexual, tocamientos indeseados o relaciones sexuales coercitivas”.
“Los equipos, la Liga y la Federación no solo fracasaron sistemáticamente a la hora de responder de forma adecuada cuando fueron confrontados con denuncias de las jugadoras y muestras de abuso, sino también a la hora de instaurar medidas para prevenirlo y afrontarlo”, asegura el extenso documento.
“Como resultado de esa falta de vigilancia, entrenadores responsables de esos abusos se fueron moviendo de equipo en equipo sin que nadie frenara sus contratos, blanqueados por comunicados de prensa en los que los clubes les agradecían los servicios prestados”.
En el informe, hay entrenadores implicados: “El documento se centra en tres técnicos; Paul Riley, Rory Dames y Christy Holly, para ilustrar la gravedad del fenómeno, recuerda que la pasada temporada la mitad de los diez equipos de la Liga se separaron de sus entrenadores tras denuncias de las jugadoras”.
Finalmente, dan unas directrices que deberían seguir: “Entre las recomendaciones para corregir esta situación se aboga por una mayor transparencia y rendición de cuentas, un reglamento claro que defina los comportamientos inapropiados y facilitar que las jugadoras puedan canalizar sus preocupaciones”.