El sujeto que presuntamente estaba obsesionado con la mujer terminó cometiendo suicidio tras el crimen.
Por: Sinahi Páez Bent
El pasado lunes 6 de marzo una joven de 25 años fue ultimada a bala, al parecer, por un hombre quien era su compañero de trabajo y quien, según amigas de la víctima, la acosaba constantemente.
El hecho ocurrió en la ciudad de Concordia, en Argentina, pasadas las 9:30 de la noche en un conjunto residencial, específicamente al pie de las escaleras del apartamento de la víctima quien fue identificada como Valeria Leoncino, y quien se encontraba departiendo con tres amigas que la habían ido a visitar.
Minutos después, tras salir rumbo al portón se encontraron con Carlos Ramón Passarella, un hombre de 35 años, señalado de hostigar a Valeria debido a una obsesión que se presume desarrolló, acercándose a ella e invitándola en repetidas ocasiones a iniciar una relación sentimental, aunque esta le habría indicado no estar interesada en él.
Tras ver a la mujer, Passarella, desenfundó una pistola tipo 9 milímetros y la impactó a quemarropa, dos veces en el pecho y una en la cabeza, quitándole la vida en el acto. Las amigas huyeron aterrorizadas del atacante quien posteriormente abordó, su vehículo y se dio a la fuga.
Tres cuadras después, frente a un establecimiento nocturno, el presunto homicida se detuvo y se suicidó con la misma arma. La Policía halló el cuerpo de Valeria sin signos vitales en el lugar de los hechos. Además, iniciaron las investigaciones entre lo que se encuentra la autopsia.
Por otro lado, el fiscal asignado al caso manifestó que Carlos Ramón Passarella: “estaba obsesionado y tenía un interés hacia la chica pretendiendo formar una relación y, ante el rechazo, le quita la vida porque no admite otra posibilidad (…) trata de cosificar a la mujer y no dejarla hacer su vida. Simplemente, ‘o estás conmigo o no estás con nadie’, y a los pocos minutos este hombre también aparece muerto, quitándose la vida”.