Su misión es clara y contundente: convertir a la entidad en un referente nacional.
Por: Libia Tirado Borja
Rubén García Ariza es un hombre de 1.75 de estatura, con 37 años de edad, tiene la peculiar mirada que permite descubrir al que lo observa de manera inmediata su humildad y gentileza; amante de la música vallenata, apasionado por su trabajo y por la vida. Con don de gente; un hombre que ordena sus ideas metódicamente, que suele cruzar sus brazos detrás de su cintura como inspirando seguridad, al mismo tiempo que ríe con mucha facilidad. Rubén, responde preguntas dando respuestas rápidas y certeras, porque le gusta ir “al grano”, como hablan los ingenieros, como él mismo lo afirma.
Ad portas de obtener su magister en Administración de Empresas, este ingeniero y contador; más preparado que un kumis a nivel gerencial, como se dice particularmente en nuestra Costa Caribe, es especialista en Gerencia e Innovación, obtuvo un postgrado en Gerencia Estratégica de la universidad de Pittsburg /Estados Unidos; conocimientos que se han afianzado en su trayectoria de diecisiete años de experiencia en el sector público.
Asumió sin reparos, la gerencia general de la Terminal Metropolitana de Transportes de Barranquilla, en pleno inicio de la declaración de aislamiento preventivo decretada por el gobierno nacional, que obligaba a frenar los motores y las operaciones correspondientes de la entidad, no obstante su pujante lucha y entrega por lo que gestiona, hizo que se adjudicara una serie de retos que implicaban una etapa de modernización para recibir a todos los usuarios, una vez se diera la reapertura, de una entidad que por muchos años estuvo sumida en el olvido, en estado de deterioro y total descuido.
Mejoras en medio de la crisis
En medio de la crisis sanitaria que atraviesa el mundo y donde un gran porcentaje de los sectores estuvo paralizado, García Ariza pintaba de color blanco los rincones relegados de la terminal, como símbolo de cambio, de luz renovadora y esperanzadora. En sus exigentes recorridos diarios, supervisaba cada aspecto por mejorar dentro de la infraestructura que pedía con urgencia ser intervenida. Sillas con respaldo ergonómico nuevas en las salas de espera. Bahías, señalizaciones, muros, baños, han estado por el pincel de las buenas obras que se han realizado en medio de esta etapa de incertidumbre y nuevo escenario que afronta el mundo, para mostrarle una nueva cara a todos los usuarios y visitantes.
Plan de acción
La nueva etapa exige estrategías y protocolos. Mientras los gobiernos imparten lineamientos a cumplir en materia de bioseguridad, en la terminal se han adoptado, adaptado e implementado con extrema rigurosidad, todas las medidas sanitarias para apoyar los viajes humanitarios que iniciaron desde el 12 de mayo, movilizando cerca de 28.000 pasajeros que han hecho parte de las excepciones presentando casos fortuitos o fuerza mayor.
Como la reinvención es una palabra de moda, la terminal, que es autosostenible, busca una nueva fuente de ingresos apoyándose en nuevas líneas de negocio. Un parqueadero que ofrece servicios en limpieza y desinfección para vehículos partículares, buses y taxis, es la nueva fuente de ingreso que ayudaría a sobrellevar o solventar un poco el arranque en materia económica.
Lo que se viene
Dentro de los grandes desafíos que tiene como cabeza gerencial, se ha propuesto proyectos que sumarán al desarrollo de Barranquilla y su área Metropolitana, dándole un recibimiento especial al sector turismo, saneando una problemática de movilidad y de transporte informal que data desde hace décadas en sectores álgidos y que prometen, si se culminan, la solución. La construcción de dos intercambiadores modales de transporte, conocidas como terminales satélites que estarían ubicadas en zonas estratégicas de la ciudad para brindarle a los usuarios ahorros en costo y tiempo de traslado al momento en decidan trasladarse por medio terrestre hacía distintos puntos del país.
De igual forma, en su lista de retos, está planteado el proyecto de un parque temático con un área de 2.756 metros cuadrados para que la comunidad ubicada en los barrios aledaños a la terminal, puedan disfrutar un espacio de esparcimiento compuesto de zonas verdes, juegos para niños, cancha sintética, entre otros atractivos.
Mostrándo una nueva cara y como dice su líder gerencial, “todo a su tiempo”, la entidad desea prender los motores, y aunque falta mucho por regenerar, la Terminal vuelve con una mejor versión de si misma, renovada, restablecida y reformada para continuar brindando, esta vez de forma diferente, un servicio cómodo y seguro.