Por: El Ámbito
En una noche llena de emoción, el Manchester United y el Tottenham Hotspur se aseguraron un lugar en la final de la Europa League, tras sendas victorias sobre Athletic de Bilbao y Bodo/Glimt, respectivamente.
El United selló su pase con un contundente 4-1 frente al Athletic en Old Trafford, remontando la desventaja de 0-3 que traían de la ida. El Athletic, que había soñado por unos minutos con una remontada épica tras un golazo de Mikel Jauregizar, fue finalmente aplastado por el equipo inglés en la recta final. Los goles de Casemiro, Rasmus Højlund, y Mason Mount (que anotó desde casi el centro del campo) terminaron de hundir al equipo vasco, que se despide de la posibilidad histórica de jugar una final europea en su estadio.
En otro lado, el Tottenham Hotspur también avanzó a la final al vencer 2-0 al Bodo/Glimt, gracias a los goles de Dominic Solanke y Pedro Porro, desvaneciendo así el sueño europeo de los noruegos.
Para el United, que ha tenido una temporada difícil bajo las críticas de su entrenador, la victoria no solo es un alivio, sino también una oportunidad para salvar lo que ha sido un año lleno de altibajos. A pesar de estar entre los peores equipos en la historia de la Premier League, el United aún tiene la posibilidad de ganar un título europeo, lo que, aunque no compensa su mala temporada, al menos les da algo por qué luchar.
Por su parte, el Tottenham, que vive un año complicado, asegura su sexta final europea de su historia (tras ganar la Recopa de 1963 y la UEFA en 1972 y 1984). Un título continental podría aliviar una temporada negativa, marcada por frustraciones y malos resultados en la liga.
El enfrentamiento entre ambos equipos británicos promete ser una final tensa, en la que uno de los dos se llevará un título que, a pesar de los tropiezos de la temporada, maquillará su año. El que pierda, por otro lado, tendrá que procesar una campaña para olvidar.