Por: El Ámbito
La Fiscalía reveló que participó activamente en la planeación del ataque y entregó el arma al menor que disparó contra el senador.
La justicia va cercando a los responsables del atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay. Esta vez, una jueza de control de garantías en Bogotá ordenó el ingreso a prisión de Katerine Andrea Martínez Martínez, una joven de 19 años oriunda de Barranquilla, señalada de ser pieza clave en la estructura que planeó, ejecutó y encubrió el ataque ocurrido el 7 de junio en el parque El Golfito, en el barrio Modelia.
Según la Fiscalía General de la Nación, Martínez no solo habría asistido a reuniones previas donde se repartieron los roles delictivos, sino que fue quien entregó el arma al menor de edad que disparó contra el congresista. Además, habría participado en la logística de escape posterior, según registros e indicios reunidos por los investigadores.
Presunta cómplice, operadora y eslabón estratégico
Las evidencias apuntan a que Martínez mantuvo una participación activa antes, durante y después del atentado. Las autoridades aseguran que estuvo presente en encuentros posteriores, donde se definieron rutas de huida y estrategias para burlar los operativos de búsqueda de la Policía.
Fue capturada el pasado sábado en vía pública de Florencia (Caquetá), y le fueron imputados los delitos de homicidio agravado en grado de tentativa, porte ilegal de armas de fuego, uso de menores para delinquir, entre otros. Aunque no aceptó los cargos, su situación legal es grave y el peso de las pruebas recopiladas por la Fiscalía aumenta cada día.
Vínculo con el cerebro logístico del ataque
Una conexión clave que refuerza su implicación directa en el atentado es su presunta relación con Carlos Eduardo Mora González, otro de los capturados, señalado de hacer el reconocimiento previo del parque donde fue baleado el senador. Mora, de nacionalidad extranjera, lleva cinco años en Colombia y fue arrestado por agentes de la Dijín y la Sijín el pasado 13 de junio.
Ambos habrían operado en coordinación, compartiendo información y cumpliendo tareas específicas como parte de una red más amplia que no solo atentó contra Uribe, sino que utilizó menores de edad como sicarios, un agravante que podría aumentar las condenas.
Una investigación que apunta a estructuras del crimen organizado
La Fiscalía maneja tres líneas principales en el caso: la participación de organizaciones criminales, la sistemática utilización de menores para ejecutar actos violentos y la existencia de un componente logístico y estratégico que evidencia planificación y profesionalismo en el atentado.
Todo apunta a que el ataque fue premeditado, ejecutado con conocimiento del terreno y bajo órdenes precisas. Ahora, las autoridades buscan establecer si Katerine Martínez actuó como enlace logístico o si su rol fue más profundo dentro de la estructura criminal.
Un atentado que sacudió al país
Miguel Uribe Turbay, figura visible del Centro Democrático y precandidato presidencial, continúa en estado crítico, con pronóstico reservado, tras ser intervenido quirúrgicamente. El país sigue con atención el avance de la investigación, que ya ha dejado al descubierto una operación meticulosa y despiadada.
Con cada captura, se cierra el cerco sobre quienes intentaron silenciar a un político en plena campaña, y se abre un debate urgente sobre la infiltración del crimen organizado en escenarios políticos y el uso sistemático de menores para ejecutar actos violentos.