Por: El Ámbito
Su estado es crítico, su familia implora intervención divina, y el país contiene la respiración por el precandidato presidencial.
Bogotá atraviesa momentos de angustia. El senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay lucha entre la vida y la muerte luego de sufrir una grave complicación médica en la mañana de este lunes. La Fundación Santa Fe, donde permanece internado, confirmó que el político salió de cirugía en estado extremadamente crítico, con un edema cerebral persistente y un sangrado intracerebral de difícil control, lo que ha dejado su pronóstico en completa incertidumbre.
La noticia provocó una ola de conmoción a nivel nacional. Su hermana, María Carolina Hoyos, rompió el silencio en redes sociales con un mensaje desgarrador:”¡Fuerza, Miguel! Le pedimos a Dios con el alma entera por nuestro milagro. Hoy, todos los que creemos en los milagros estamos de rodillas, orando con fe ante nuestro Señor Jesucristo”.
A esto añadió un grito de esperanza:”¡Estamos contigo, Miguel! ¡Fuerza, fuerza, fuerza!”
El clamor por un milagro se ha extendido más allá del círculo íntimo del senador. Su esposa, María Claudia Tarazona, también se pronunció entre lágrimas:“Está librando la batalla más difícil que habíamos transitado hasta el día de hoy”.
Oración nacional por la vida de Miguel
El Centro Democrático, bancada a la que pertenece Uribe Turbay, se movilizó a la Fundación Santa Fe para acompañar a la familia. La escena en los pasillos del hospital es de incertidumbre y recogimiento. Líderes políticos, religiosos y ciudadanos han pedido encender una cadena nacional de oración por el joven político, uno de los rostros emergentes de la derecha colombiana.
Incluso el cardenal primado de Colombia, Luis José Rueda, se unió al llamado pidiendo orar colectivamente por su recuperación. En medio de un clima de tensión política nacional, el caso de Uribe Turbay ha despertado solidaridad incluso entre sectores opositores.
Parte médico sombrío
El último boletín oficial, emitido a las 3:40 p.m., dejó claro que el estado del senador es de “máxima gravedad”, y que permanece bajo un “pronóstico reservado”, aferrado a equipos médicos que sostienen sus signos vitales mientras los especialistas luchan contra el deterioro neurológico.
El país entero permanece en vilo. La pregunta ya no es solo médica: ¿será posible un milagro?